La labor sindical, imprescindible y
reconocida constitucionalmente, se encuentra en muchas ocasiones con
sinsabores. Últimamente, el descrédito de los sindicatos motivado
por acciones irresponsables de unos pocos, hace que la sociedad meta
de forma mayoritaria en el mismo saco a todos los sindicalistas, sin
distinción.
Y hay que romper una lanza en favor de
quienes, a cambio de una gran dedicación altruista, se esfuerzan y trabajan en conseguir mejorar las relaciones laborales de
su entorno, no siempre fáciles.
En el plano que nos ocupa, el
estrictamente municipal, poco ayudan a mejorar esa imagen actitudes
como las demostradas últimamente por algunos delegados de CC.OO. en
el Ayuntamiento de Manzanares, dedicados a menospreciar de forma
personal a representantes de otros sindicatos y a filtrar supuestos y
falsedades.
CC.OO., un sindicato de clase, con
miles de compañeros y compañeras que luchan por los derechos de los
trabajadores, con el que UGT ha firmado miles de acuerdos, está
pisando terrenos pantanosos y esparciendo fango desde que cambió de
delegado sindical en el Ayuntamiento. Ahora se deja guiar por una persona que lejos del
acuerdo, únicamente plantea impedimentos y trabas que en nada
benefician al conjunto de los trabajadores.
De ello deberán preocuparse sus
compañeros de sección sindical. Pero en lo que compete a las
relaciones con el resto de fuerzas sindicales, el citado delegado ha
entrado en un camino que hace cada vez más difícil los acuerdos y
el consenso.
Hasta última hora trató de dinamitar
el consenso y el acuerdo logrado -incluso con sus compañeros de
sindicato- en la negociación del último convenio colectivo del
personal laboral, y que supuso todo un logro.
A la postre, a quien únicamente busca
su provecho personal con la condición de representante sindical,
importándole muy poco los acuerdos y el consenso, sus propios
compañeros le terminarán pasando factura.
El próximo año se celebrarán
elecciones sindicales. ¿Qué pensarán el resto de trabajadores
municipales de personas que les piden el voto para luego impedir
acuerdos, o para abusar de las horas de crédito sindical
dedicándolas a cosas que nada tienen que ver con la noble tarea de
representar a tus compañeros/as?
Volvemos al principio. Todos no estamos en el mismo saco. Unos pocos que
dedican horas sindicales a irse de puente mientras sus compañeros
trabajan, o a mantener reuniones sindicales en la terraza de un bar
tomando cañas cuando aprieta el calor, no pueden ennegrecer la
necesaria acción sindical en las relaciones laborales. Y desde
luego, no son precisamente quienes deben dar lecciones a nadie.
Por favor, responsabilidad y honestidad.
Juanjo Díaz-Portales
Delegado Sindical de UGT
Ayuntamiento de Manzanares
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